Con este poesía escrita por una vecina de El Bayo cuyas iniciales de su nombre son C. L. B (no publico su nombre por deseo expreso de la autora), y la cual fue leida en uno de los actos del sábado día 14, El Bayo felicita a todos sus pueblos hermanos, los pueblos de colonización, que tanto tuvieron que luchar unidos, son pueblos unidos por el agua ya que su nacimiento tuvo lugar con la inauguración del canal de las Bardenas y el inicio de la colonización.
SOY DEL AGUA
Soy del Agua. Ella es mi madre.
A todos sus hijos los parió entre desgarrados dolores de recuerdos, vidas y paisajes inundados bajo su frío manto, dolores silenciados de expropiación forzosa que nunca serán suficientemente pagados ni agradecidos. Estos dolores fueron los que nos dieron vida a mis hermanos y a mí. Numerosa familia que desparramó a lo largo de secos y baldíos paisajes, llevando esperanza y futuro allá donde ella puso su mano.
Soy del agua. Ella es mi madre.
Como en todas las familias, a veces, cada uno de nosotros mantenemos una distancia incomprensiblemente fría y distante pero somos hermanos y compartimos un apellido que nos honra y del que estamos profundamente orgullosos a pesar de que, en demasiadas ocasiones, se ha nombrado con desprecio; nosotros somos colonos y unido a este apellido, están grandes palabras que lo engrandecen como lucha, trabajo, sacrificio, generosidad, humildad...
Somos del agua. Ella es nuestra madre. Somos colonos.
Entre salitres, mallacanes, sasos y tierras fuertes, hombres, mujeres y niños fuimos capaces de arrancar vida a la tierra. Entre nosotros están los pilares que llevaron a nuestro entorno al desarrollo. Aquí, con nuestro trabajo nació la pequeña industria, el comercio y el crecimiento social. Aquí, entre nosotros, están también los pilares de la lucha campesina, el cooperativismo agrario y el asociacionismo vecinal.
Somos del agua. Ella es nuestra madre. Somos colonos.
Formamos hoy una gran familia unidos a dos viejos hermanos y a un padre que nos tutela a todos. Una vez más nos enfrentamos a tiempos difíciles ¿cuando no lo han sido? Escasa es la ilusión y reina la incertidumbre. Pero, si miramos bien, aún hay pequeñas luces encendidas:
· Caballos de esperanza renacen queridos caminos y viejas calles olvidadas.
· Más de 125 años desgranando notas musicales de alegría, amor y tradición marcan un carácter que lucha por sus costumbres.
· El mas grande, reivindicativo con asociaciones envidiables y luchadoras que arropan una forma de ser emprendedora.
· Desde la Val de Arena hasta las Sabinas, miran entre arroces y tierras duras a una Bardena de esperanza, con humildad callada y esforzada y una juventud solidaria.
· Fértil saso desde Santa Ana a El Bolaso se ilusiona con la cercanía a polígonos industriales y buenas comunicaciones que son promesa de futuro.
Y yo, a quien todavía hoy, después de 50 años, recuerdos de aquél difícil parto llenan los ojos de añoranza sigo aquí, al abrigo de las viejas torres que me pusieron nombre, deseando dar la mano a todos. A todos los hermanos que me rodean para poder convertir mi casa en el salón familiar donde, todos juntos, podamos marcar nuevos caminos.
Somos del Agua. Ella es nuestra madre. Somos una gran familia.
Felicidades Bardenas, Pinsoro, Santa Anastasia, Valareña y Sabinar, que junto con Rivas, Farasdués y Ejea formamos una gran familia. Juntos vamos a celebrar estas 5 décadas y muchas, muchas más. Los viejos colonos que iniciaron esta preciosa aventura merecen que sigamos luchando sin perder la esperanza.
Soy del Agua. Ella es mi madre.
A todos sus hijos los parió entre desgarrados dolores de recuerdos, vidas y paisajes inundados bajo su frío manto, dolores silenciados de expropiación forzosa que nunca serán suficientemente pagados ni agradecidos. Estos dolores fueron los que nos dieron vida a mis hermanos y a mí. Numerosa familia que desparramó a lo largo de secos y baldíos paisajes, llevando esperanza y futuro allá donde ella puso su mano.
Soy del agua. Ella es mi madre.
Como en todas las familias, a veces, cada uno de nosotros mantenemos una distancia incomprensiblemente fría y distante pero somos hermanos y compartimos un apellido que nos honra y del que estamos profundamente orgullosos a pesar de que, en demasiadas ocasiones, se ha nombrado con desprecio; nosotros somos colonos y unido a este apellido, están grandes palabras que lo engrandecen como lucha, trabajo, sacrificio, generosidad, humildad...
Somos del agua. Ella es nuestra madre. Somos colonos.
Entre salitres, mallacanes, sasos y tierras fuertes, hombres, mujeres y niños fuimos capaces de arrancar vida a la tierra. Entre nosotros están los pilares que llevaron a nuestro entorno al desarrollo. Aquí, con nuestro trabajo nació la pequeña industria, el comercio y el crecimiento social. Aquí, entre nosotros, están también los pilares de la lucha campesina, el cooperativismo agrario y el asociacionismo vecinal.
Somos del agua. Ella es nuestra madre. Somos colonos.
Formamos hoy una gran familia unidos a dos viejos hermanos y a un padre que nos tutela a todos. Una vez más nos enfrentamos a tiempos difíciles ¿cuando no lo han sido? Escasa es la ilusión y reina la incertidumbre. Pero, si miramos bien, aún hay pequeñas luces encendidas:
· Caballos de esperanza renacen queridos caminos y viejas calles olvidadas.
· Más de 125 años desgranando notas musicales de alegría, amor y tradición marcan un carácter que lucha por sus costumbres.
· El mas grande, reivindicativo con asociaciones envidiables y luchadoras que arropan una forma de ser emprendedora.
· Desde la Val de Arena hasta las Sabinas, miran entre arroces y tierras duras a una Bardena de esperanza, con humildad callada y esforzada y una juventud solidaria.
· Fértil saso desde Santa Ana a El Bolaso se ilusiona con la cercanía a polígonos industriales y buenas comunicaciones que son promesa de futuro.
Y yo, a quien todavía hoy, después de 50 años, recuerdos de aquél difícil parto llenan los ojos de añoranza sigo aquí, al abrigo de las viejas torres que me pusieron nombre, deseando dar la mano a todos. A todos los hermanos que me rodean para poder convertir mi casa en el salón familiar donde, todos juntos, podamos marcar nuevos caminos.
Somos del Agua. Ella es nuestra madre. Somos una gran familia.
Felicidades Bardenas, Pinsoro, Santa Anastasia, Valareña y Sabinar, que junto con Rivas, Farasdués y Ejea formamos una gran familia. Juntos vamos a celebrar estas 5 décadas y muchas, muchas más. Los viejos colonos que iniciaron esta preciosa aventura merecen que sigamos luchando sin perder la esperanza.
EL BAYO.
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